y el arte de las cuatro cuerdas
Un solista con personalidad y sonido propio, un acompañante elegante, un docente que ha trabajado durante años por compartir lo que sabe, un productor y promotor de la música venezolana dentro y fuera del país. Luis Pino es un artista del cuatro con casi tres décadas de trayectoria y crecimiento integral como intérprete, divulgador y promotor de la música y la sonoridad de Venezuela. Un destacadísimo ejecutante que, conocedor y respetuoso de la tradición, ha logrado alcanzar un sonido personal y característico, uno que lo distingue y le ha ganado un espacio propio entre el nutrido grupo de cuatristas que en los últimos años han sabido dar tantas glorias al instrumento nacional. El cuatro en las manos de Luis Pino tiene un sonido hondo, limpio y claro, en el que cada nota tiene su lugar y todas suenan con una precisión que cautiva e impresiona a quien lo escucha. Un sonido en el que el carácter rítmico y percutivo del instrumento no opaca jamás su limpieza armónica ni sus posibilidades melódicas.
Su carrera musical comenzó muy temprano, cuando aún siendo niño dio su primer concierto y supo que quería ser cuatrista para siempre. Y luego alzó vuelo de la mano del maestro Cheo Hurtado, leyenda del cuatro en Venezuela, quien fue su maestro, mentor y guía, y de quien aprendió los secretos del instrumento y los intrincados caminos de su ejecución, para luego seguir adelante descubriéndolos por sí mismo y construyéndolos para el futuro. En las manos de Luis se descubre la herencia de la escuela de Cheo Hurtado, de la cual es uno de sus más destacados representantes, pero también la propuesta propia y las búsquedas personales que amplían horizontes y abren nuevos caminos.
Como solista, Luis privilegia la sobriedad de quien domina el instrumento y, aunque capaz de los más sonoros y deslumbrantes virtuosismos, prefiere la claridad que transmite y los giros que sorprenden. Esto lo ha llevado por importantes escenarios de Venezuela y el mundo, además de editar varias producciones discográficas en las que ha explorado la riqueza del instrumento desde su muy particular sensibilidad. Es un solista que sabe administrar su capacidad técnica para producir ejecuciones limpias y sonoras, que agradan y complacen a los más exigentes escuchas.
Como acompañante, ha sabido también ceder el protagonismo a gran diversidad de solistas, impulsando y renovando la tradición acompañante del instrumento. Por esa razón ha sido invitado a tocar con muchas de las grandes figuras de la música de Venezuela y América Latina como Simón Díaz, Cheo Hurtado, Luis Julio Toro, Serenata Guayanesa, Ensamble Gurrufío, Camerata Criolla, La Orquesta Sinfónica de Venezuela, Cecilia Todd, Ismael Querales, José Antonio Naranjo, El Piano Llanero, Celso Duarte, Pancho Amat, Trio Nueva Colombia, los hermanos Colon Sayas y el Cuarteto de Guitarras del Uruguay.
Pero quizás donde mejor se dejan ver los rasgos que definen su carácter es en el trabajo que dedica a otros a través de la producción y la docencia. En esos campos se ha dedicado a la promoción de la música de Venezuela en todos los ámbitos, desde la producción de espectáculos junto al maestro Miguel Ángel Bosch, la promoción de nuevas generaciones de cuatristas trabajando junto al maestro Cheo Hurtado en La Siembra del Cuatro, hasta la incansable, modesta e imprescindible tarea de formar nuevos ejecutantes en los caminos del instrumento. Allí se reconoce su desinteresado esfuerzo por mantener, transmitir y alimentar la tradición musical venezolana.
Luis Pino es una relevante figura del cuatro de Venezuela. Su trabajo y trayectoria sirven de vínculo entre los grandes maestros y los nuevos ejecutantes, con una propuesta al mismo tiempo actual y de marcada raíz tradicional. Cultor, creador e intérprete, Luis Pino enriquece día a día el arte de las cuatro cuerdas.
Joel Bracho Ghersi
Panamá, septiembre de 2021